Esperando un correo que me cambie la vida
Esperando los sueños que no pude matar
Esperando las cosas que esperé cuando niña,
Esperando tranquila, por el gusto de estar.
Así pasan, constantes, los minutos que di,
Los momentos futuros, que ya ahora perdí.
Así supe que, a veces, el amor no es el fin,
Que una puede ser fuerte, aunque baste sufrir
Hoy comparo momentos y sé que ya acabó,
Sin embargo, es más fuerte mi pasado dolor,
Me siento más unida al ayer que al destino,
Y no puedo cambiarlo, yo elegí mi camino.
Ojalá que algún día encuentre la manera,
De soñar y cumplir, de esperar sin torpezas.
Mientras, lamo mis penas, que bien mías que son,
Me pregunta a mí misma si la pena valió.
Me digo que he matado, con una sola bala,
La esperanza que guardo en el fondo del alma.
Pero ella, una gata, renace nuevamente,
Mientras abro el correo, mientras leo tu mente.
Y pienso que, a la larga, sufriré lentamente,
Y el dolor, siempre turbio, se mantendrá vigente,
Como un beso que vuela con mi deseo urgente,
Como las ganas todas de verte y de no verte.